Una imagen vale más que mil palabras y, en algunos casos, contar con una vivienda digna. Gracias a una instantánea tomada hace 84 años por Robert Capa, 13 familias que vivían en infraviviendas han logrado ser realojadas en pisos nuevos.
¿El motivo? La foto del reportero húngaro en 1936 como testigo de los ataques de la aviación nazi, en la que se ve una fachada llena de agujeros de metralla. Esa fachada pasó al olvido, dividiéndose en infraviviendas por sus propietarios.
En 1998, el fotógrafo José Latova identificó este lugar de la calle Peironcely como la casa retratada por Capa y, aunque no se hizo público hasta 2010, sí activó el interés de este inmueble por su alto valor patrimonial.
Los dueños intentaron borrar las huellas de la historia con yeso, vender el edificio y construir de nuevo, pero hace tres años el Ayuntamiento de Madrid lo catalogó como inmueble protegido y el mes pasado se ejecutó su expropiación.
Hoy se han tapiado algunas viviendas y los vecinos ultiman la mudanza que la mayoría hará la próxima semana. Hay dos familias que ya han recibido las llaves de sus nuevos hogares, algo que hasta hace no mucho era un sueño impensable y que, gracias a la fotografía, se ha convertido en un milagro.