Los propietarios, además de la Fundación, son el Estado y el Ayuntamiento de su ciudad natal. De confirmarse la paternidad del genio, su hija convertida en descendiente legítimo tendrá derecho a la legítima establecida por ley, es decir, dos terceras partes de todo el patrimonio.
Habría que añadir a las obras de arte, la Casa de Port-lligat, el Castillo de Púbol y una casa en el centro de Cadaqués, sin embargo, de descartarse la paternidad, Pilar Abel pasaría de la ilusión de la riqueza a la pobreza si tiene que pagar las costas del proceso judicial que incluye una exhumación sin precedentes.
Entrevista a Irene Vallejo
Cinco años de 'El infinito en un junco', el éxito inesperado de las letras españolas que nació en un hospital
"Vivía a través de los libros lo que no podía permitirme en la vida real", nos cuenta Irene Vallejo. Su gran obra, de la que se han vendido más de un millón y medio de ejemplares, la escribió en un hospital mientras curaban a su hijo recién nacido.