En medio de la alcarria conquense se alza una fortaleza que guarda una joya y muchos misterios. De la Villa romana de Noheda no se conoce ni quién fue su dueño. "No tenemos ningún dato científico que avale dar un nombre", explica el arqueólogo y profesor universitario Miguel Ángel Valero.
Lo que sí saben es su enorme poder y riqueza. Construyó la villa con materiales de lujo: "30 tipos de mármol, y eso implica muchísimo dinero y muchísimas relaciones sociales para poder traerlo", indica el experto.
Por eso, de momento, le llaman cariñosamente 'Emilius Botinus', y la Villa de Noheda , según comenta Valero, "es una ostentación. La arquitectura es arrogante".
Tras 12 años excavando han sacado a la luz un 5%. Estiman que el tamaño total de la Villa sea de unas 10 hectáreas, pero de entre todo ese terreno, ya han encontrado su joya.
Se trata de una tesela: un pequeño azulejo que compone un mosaico romano. En la Villa de Noheda, hay más de dos millones ochocientas mil teselas, y el mosaico es uno de los más complejos que tenemos en España por su narrativa y por su técnica.
Este mosaico pertenece al 'triclinium', el salón de la casa que mide 291 metros cuadrados. El pueblo al que pertenece, Villar de Domingo García, sabe de la importancia de este hallazgo. El alcalde lo corrobora: "Puede ser un antes y un después en la vida del pueblo y de su futuro".
Ese futuro pasa por seguir excavando. Quién sabe cuántos secretos seguirán ocultos bajo tierra.