Para verlos y escucharlos antes tienen que pasar por la programación de Starlite. Todo festival necesita que sus estrellas se encuentren a gusto, por eso la organización les acomoda lo mejor posible: "Están durante todo el año de gira, entonces se trata de que se encuentren un poco como en casa", explica Isabel Carrasco, responsable de los artistas del Starlite.
"Vamos poniendo los 'riders' de los artistas", continúa. Un 'rider' es el conjunto de necesidades que pide un artista durante su estancia en un concierto. Al ser uno de los festivales por los que pasan más estrellas, en Starlite hay de todo. "Piden aguas con PH 9,5 o aguas con aloe vera, con coco...", ejemplifica Carrasco.
Pero no lo hacen por mera excentricidad, hay un propósito. "Para asegurarse que realmente la persona que les contrata, el promotor, es riguroso y muy meticuloso, te piden cosas rarísimas. Por ejemplo, ¿para qué quiere de repente los M&M's separados en boles, en rojo en amarillo, en verde, en azul, pero, pero qué tío tan raro", explica Sandra García-San Juan, presidenta ejecutiva del Starlite.
Es una herramienta para comprobar que se pueden fiar de los promotores y que en el momento en el que se pongan a cantar, todo saldrá bien. "A medida que el festival se va haciendo más importante, más grande, pues ya todos quieren estar y así ajustamos los precios", continúa García-San Juan. Es el beneficio indirecto de una buena organización. El festival crece en importancia, los artistas quieren estar en él y, por lo tanto, bajan su caché. Todo son ventajas.
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