Los libros infantiles del escritor Roald Dahl, autor de los emblemáticos 'Charlie y la fábrica de chocolate' o 'Matilda', han modificado algunos párrafos "para el disfrute de todos los menores", según la editorial inglesa Puffin Books. Sin embargo, la editorial Alfaguara, que tiene los derechos en habla hispana, ha afirmado que mantendrá sus ediciones "tal y como están".
Así lo han asegurado fuentes de la editorial a Europa Press. "Tras conversaciones con la Roald Dahl Society Company, Alfaguara Infantil y Juvenil mantendrá sus ediciones con los textos clásicos del autor sin modificar sus publicaciones en castellano", han indicado.
También la editorial Santillana, con más de 40 años publicando los libros del escritor, han transmitido a los agentes británicos que no adaptarán los libros para seguir disfrutando de la "buena literatura infantil y juvenil".
"Siempre hemos defendido la literatura infantil y juvenil, y publicado libros sin atender a ningún tipo de censura, con independencia de las modas y circunstancias del momento. El oficio de editor se entiende desde el respeto a los lectores y autores, y desde la honradez con las historias que nos confían y decidimos publicar", han señalado en un comunicado publicado en su perfil de Twitter.
El autor británico, fallecido en 1990, es autor también de obras como 'Las brujas' o 'Fantástico Mr. Fox'. Algunas frases de estos libros han sido modificados por hacer referencias al género, la apariencia y el peso de los personajes.
Rishi Sunak, en contra de los cambios
Por ejemplo, como destacaba el medio británico The Telegraph, en la nueva edición de 'Charlie y la fábrica de chocolate' ya no se nombra a Augustus Gloop como un "enormemente gordo", sino simplemente "enorme". Del mismo modo, en 'Las brujas', una de ellas ahora puede ser una "científica de alto nivel o dirigiendo un negocio".
Asimismo, las palabras 'loco' y 'desquiciado' también se han eliminado como resultado de un énfasis en la salud mental. Al igual que ocurre en España, los editores franceses y holandeses también mantendrán las versiones originales porque sus historias "pierden su poder" si el lenguaje se cambia y es un asunto que "solo concierne a Gran Bretaña", según informa The Telegraph.
Esta decisión ha despertado algunas críticas, por ejemplo, el primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak, ha defendido a través de un portavoz que las obras deben "preservarse y no retocarse", según la BBC. "Cuando se trata de nuestro rico y variado patrimonio literario, el primer ministro está de acuerdo con el gran gigante bonachón BFG en que no debemos gobblefunk (volvernos locos) con las palabras", afirmó.
Igualmente, el escritor Salman Rushdie tuiteó que "Roald Dahl no era un ángel, pero esto es una censura absurda. Puffin Books y el patrimonio de Dahl deberían estas avergonzados".
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