El 8 de abril de 1994 se descubrió que Kurt Cobain se había quitado la vida. Fue entonces cuando Dave Grohl, exbatería de Nirvana y fundador de Foo Fighters, necesitaba desaparecer.
"Voy a desaparecer. Voy a ir al lugar más remoto de la tierra", anunció tras la muerte de su compañero. Pero lo que no sabía era que una casualidad haría que volviera a la música.
El batería viajó hasta el Anillo de Kerry, ese lugar donde Irlanda es más Irlanda. "Entonces iba conduciendo y en un lado de la carretera vi a un chico haciendo autoestop", cuenta. El encuentro con Lorcan, el chico que vestía la camiseta de Kurt Cobain, provocó que naciera una de las bandas más populares del siglo XXI.
"Era la cara de Kurt Cobain mirándome en mitad de la nada y pensé "no puedes escapar de esto", así que tengo que volver a casa y ponerte a trabajar de una puta vez", explica Grohl. Y así fue como formó esta banda, Foo Fighters.
Y es que Lorcan llevaba años contando su versión de la historia, pero sus amigos nunca le creyeron. "Cuando me acerqué al coche vi que estaba dentro Dave Grohl", contaba el joven, pero sus amigos cuestionaban su relato al no tener qué iba a estar haciendo el batería de Nirvana "en mitad de la nada".
Ahora, treinta años después han descubierto que decía la verdad tras el testimonio del fundador de Foo Fighters, quien ha reconocido ahora que un atoestopista hizo posible que volviera a la música y fundara este grupo.
Autora de 'La huella vikinga'
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