Fue el primer instrumento musical para la OTAN. Tras las Segunda Guerra Mundial, había que volver a unir Europa y "entonces lo que se plantea la OTAN es crear un certamen que culturalmente genere cercanías y simpatías entre los estados europeos: así nace, en 1956, el Festival de Eurovisión.
Por aquel entonces solo participaban siete países. Durante décadas, Eurovisión logró reunir a familias enteras en torno a la televisión. Su única premisa era mantener a la política fuera de sus letras.
En 2009 la canción de Georgia 'We don't Wanna put in' sale del concurso: los jueces invalidan su participación por considerar que las dos últimas palabras del título deletreaban el nombre del presidente ruso, Vladimir Putin, con el que Georgia había tenido un conflicto reciente.
Hace dos años otra canción: la ucraniana '1944', vuelve a encender la polémica. En su letra muchos ven tintes políticos, referencias a la deportación de los tártaros de Crimea e incluso su reciente anexión por parte de Rusia.
Después llegó 'Mercy'; su protagonista era una niña nigeriana nacida en el buque de rescate aquarius que sirvió de denuncia ante la cuestionable política migratoria de la Unión.
Este año el festival se celebra en Tel Aviv, y la política, de nuevo, ha entrado de lleno antes incluso que las canciones. En plena ofensiva militar, tras días de intensos bombardeos y 31 muertos, las bombas dejarán de caer, al menos mientras suene la música.