Las manos son indispensables para crear música, pero con estos guantes la composición adquiere una nueva dimensión. Las manos son el propio instrumento, y los sonidos brotan de ellas. El límite es la imaginación pero ¿cómo funciona? Sencillo.
Los guantes contienen sensores que miden cuánto se doblan los dedos y la orientación de los puños. La información de los guantes se transmiten vía wifi a un ordenador que es el que se encarga de interpretar los movimientos y darles sentido.
Percusión, guitarra, sintetizadores, voz. Todo está al alcance de unos pocos gestos. Pero no es tan fácil como mover un dedo. Crear música a partir de estos guantes requiere mucha práctica.
Hay artistas como Ariana Grande que ya se han animado a usarlos en algún concierto. Los guantes obligan a cambiar el chip, porque se necesitan unos gestos concretos, una coreografía. Una relación física con la música.