Cómo es imaginable, la cuestión no ha sido fácil. El Museo ha sido el cénit de años de trabajo.
Fue en 2001 cuando se creó el colectivo TEAMLAB, que reúne artistas, ingenieros, programadores, matemáticos y arquitectos.
Un popurrí de profesiones con un objetivo común: crear la obra de arte total.
Las cifras son vertiginosas: 530 ordenadores, 470 proyectores y unos 500 profesionales.
Todo para crear un mundo inspirado en la naturaleza, que se recoge en un espacio de 10.000 metros cuadrados y 50 obras.
Tampoco ha sido barato, se han necesitado entre 1 y 2 millones de euros por pieza.