Nicolas Cage pasó de trabajar con directores como Francis Ford Coppola a ser el más duro de las pelis de acción, lo que le ha llevado al éxito, pero también al fracaso. Y es que el dinero que ganó en los años 80 y 90, en esa época dorada donde consiguió el Oscar por 'Living las Vegas', se lo gastó en excentricidades, como un mausoleo en forma de pirámide, fósiles de dinosaurio, o mansiones, hasta que se quedó en bancarrota.
Como resultado, no ha sido raro ver cada año al menos dos películas de él en cartelera, sin mucha exigencia para aceptar un papel porque necesitaba el dinero para pagar sus deudas. De esta forma, la calidad de las películas en las que aparecía bajó considerablemente, dejando más de 100 obras en su filmografía.
Sin embargo, la situación de Nicolas Cage mejoró gracias a Internet, que rescató sus mejores interpretaciones y las convirtió en 'meme'.
Ahora, asumiendo que su popularidad ha trascendido a su figura, el actor se ha lanzado a meterse en la piel de una versión de sí mismo en 'Massive talent'. Después de tantos altibajos, lo más filosófico es reírse de uno mismo.