Nathy Peluso coge aire. Acaba de lanzar 'Grasa', un nuevo trabajo discográfico y audiovisual sin precedentes en su carrera. Se encuentra en plena promoción, con lo que eso supone para su agenda. El termómetro supera los 30 grados en una de esas mañanas madrileñas de tráfico caótico. La artista llega puntual al set en el que tendrá que responder a las preguntas de los medios convocados, cada uno a su hora: "¿Quién da la vez?". Hace calor, pide bajar los grados del aire acondicionado. Últimos retoques en su estilismo y comienza la entrevista. "¡Buenos días!", "buenos días, Nathy". Este álbum es la banda sonora del momento actual de Nathy Peluso y el resultado de un profundo viaje interior.

Cuatro años desde ese último trabajo discográfico llega 'Grasa'. ¿Cómo ha sido el proceso creativo desde el último disco que lanzó al mercado?

Ha sido un proceso de muchísimo aprendizaje, porque es una época de mi vida de muchísima formación, de aprender mucho de golpe. Hice un trabajo, un disco, que descarté para hacer éste. Ha sido un recorrido emocional y profesional muy fuerte que al final ha decantado en 'Grasa', que es el resultado de toda esa búsqueda.

¿Por qué 'Grasa' como título?

Me parece que es una palabra fuerte, que tiene muchas ópticas y significados. También es una palabra con mucho carácter y mucha fuerza que es lo que yo quería transmitir.

Ha llegado a decir que este disco es un relato "brutalmente honesto" de los aspectos más íntimos de su vida. ¿A qué Nathy Peluso vamos a encontrar?

A una aprendiz. A una mujer imperfecta, con mi honestidad; desde un lado genuino, desde un lado sincero, que yo creo que es la tarea de los artistas. Reflejar esa honestidad y esperar que, si Dios quiere, alguien se sienta reflejado.

En la industrial musical hay muchísimas presiones, pero una se va armando para sobrevivir en ese entorno y sacar lo mejor posible para su público

Para una aprendiz que empezó en los pequeños escenarios de bares y pubs, ¿el aprendizaje en la industrial musical es continuo?

En la industrial musical, y creo que en cualquier trabajo. Si uno está despierto, hay miles de oportunidades para seguir creciendo y seguir avanzando. En la industrial musical hay muchísimas presiones, pero una se va armando para sobrevivir en ese entorno y sacar lo mejor posible para su público.

'Grasa' no es sólo música, también es cine con 16 vídeos musicales en plano secuencia. ¿Por qué acompaña su música con estas piezas audiovisuales?

Es algo que siempre me ha movido, me interpela muchísimo el cine, me fascina, soy muy cinéfila. Hay grandes referencias cinematográficas en esta película que es 'Grasa'. Al final son piezas audiovisuales que se pueden consumir por separado, canción por canción, pero realmente están todas unidas por un hilo conductor. Todo sucede en un mismo espacio, como si fuera una obra de teatro, el personaje va cambiando a través de las canciones, a través del carácter de cada letra, pero la maravilla es que los espacios y los caracteres van cambiando por todo el disco. Son 16 canciones que al final son un viaje.

Un viaje, ¿hacia dónde?

Hacia el centro de mi corazón.

¿Cree en la música como expresión de la libertad?

Sí, sin duda. De eso se trata, de sentirse libre cuando una escucha música, sentirse fuerte o sentirse frágil. El poder de emocionarse va de la mano de la libertad para que cada uno elija lo que sentir cuando escucha algo, yo creo que sí.