La ermita del Mirón en Soria, históricamente blanca, ahora es rosa por dentro. El edificio, de origen barroco y erigido en 1725, ha cambiado por completo. Si antes tenía sus querubines representados por la Biblia con el pelo rubio, ahora son morenos.

La diócesis, promotora de las obras, habla de "conservación ordinaria" y que la intervención fue según lo previsto, una postura completamente distinta a la del ayuntamiento, que ha abierto una investigación al respecto. En el comunicado reconocen de forma implícita que el pintado de los angelotes no es el esperado y los expertos advierten de que puede ser irreversible.

La Asociación de Conservadores-restauradores de España pide que se modifique la ley para que no haya que lamentar que más patrimonio histórico acabe (casi) convertido en meme.

Lo cierto es que la ermita de Mirón no es la única que ha sufrido transformaciones monstruosas. El San Jorge de la localidad navarra de Estella podría hacer las veces de tiovivo, o el querubín de la parroquia de San Sebastián en Reinosa que dejaron como un muñeco del roscón o la imagen de una conocida marca de bolsas de 'snacks'.

La talla del siglo XV de la ermita de Rañadoiro fue restaurada por una vecina que no escatimó en pintura para recubrir estas tres figuras. Algo parecido le pasó al archiconocido Ecce Homo de Borja, que gozó de un éxito que no tuvo el 'Caballero de la mano en el pecho' de El Greco, que cambió completamente el fondo y colores del original.

A pesar de haber exportado la mayoría de estas obras de arte accidentales, otros países nos siguen los pasos. En Canadá convirtieron una Virgen María con el niño en una imagen digna de los Simpsons. Porque por mucho que intentemos arreglar el pasado, siempre estamos condenados a repetir la historia... aunque a veces al hacerlo nos salgamos de los bordes.