Al Pacino perdió todo su dinero por una estafa piramidal en la que le metió un contable corrupto. Se dio cuenta al llegar de unas vacaciones con su familia. "Estaba arruinado. Pensaba que tenía 50 millones de dólares, y de repente no tenía nada. Tenía propiedades, pero no tenía dinero". Así fue como se vio obligado a trabajar en un título con el que no se identificaba. Lo hizo porque tenía 70 años,estaba en la ruina y ya no le pagaban como antes, tal y como cuenta en sus memorias 'Sonny Boy' (Cúpula).

Pero poco después, en 2011, descubrió que su contable le había metido en una especie de estafa piramidal y estaba de nuevo en la ruina. Reconoce que no tenía ningún control sobre su dinero y pagaba 400.000 dólares al año "para cuidar de un casa en la que ni vivía". Pero asegura que nunca se desesperó y empezó a aceptar trabajos solo por dinero. Lo peor no fue la ruina si no el declive físico.

El primer título (que no el único) en el que participó por motivos económicos fue 'Jack y su gemela' (2011), de Adam Sandler. "Fue la primera película que hice después de perder mi dinero. Para ser honesto, lo hice porque no tenía nada más", relata él mismo. De hecho, recuerda que le pagaron mucho por ello y no solo gano en lo material. También en lo personal, pues conoció a Adam. "Fue maravilloso trabajar con él y se ha convertido en un querido amigo. Además, resulta que es un gran actor y un gran tipo", añade.

Pacino se encontró arruinado. "Miré la caja y estaba vacía", señala el protagonista de 'Tarde de perros' (1975), que reconoce que fue gracias a Keaton que pudo recuperarse de aquella crisis cuando le forzó a volver al cine. "Me dijo: '¿Qué vas a hacer, deprimirte todo el día? ¿Vas a volver al Village y a vivir en una habitación y hacer tus pequeñas obras de arte? ¿Eso es lo que crees que vas a hacer? Venga, Al, ya no vives en los años sesenta. ¿Quién te crees que eres? No hay vuelta atrás, has sido rico demasiado tiempo". De Keaton es de entre sus parejas de la que más habla en el libro, así como de su primera novia seria, Jill Clayburgh, con quien mantuvo una relación de cinco años en el inicio de su carrera.

Lo peor no fue la ruina si no el declive físico. "Con casi ochenta años descubrí que hay que cuidarse", recuerda el actor, a quien los excesos empezaron a pasarle factura. "Todos los abusos en el cuerpo, las sustancias que te introduces en tu juventud, vuelven para fastidiarte". Y también llegó el covid. "En realidad, me morí una vez", explica Al Pacino, que se contagió del covid-19 al principio de la pandemia y empeoró tanto que asegura que experimentó la muerte. "Yo retorné y puedo decir que no había nada allí".