Se han convertido en todo un lugar de peregrinación para muchos fans de la terrorífica película. Cada año son miles de seguidores los que se acercan hasta aquí para intentar ponerse en la cicatrizada piel de la mismísima Regan.

Por eso una asociación de vecinos ha propuesto que este icónico lugar se convierta en un bien de interés cultural

y no corra la misma suerte que el mítico exorcista. El 15 noviembre se sabrá si la cultura del miedo triunfa.