La periodista Pepa Fernández, directora y presentadora del programa de RNE 'No es un día cualquiera', ha dicho que "ha sido una sorpresa" el fallecimiento de José María Íñigo, quien colaboraba con ella desde hace 18 años, ya que a pesar de que "estaba malito nunca pesamos que iba a ser tan rápido".
En declaraciones, Fernández ha contado que el veterano presentador la llamó la noche antes de su fallecimiento para decirle que "lamentaba mucho" no poder estar en Tarragona, desde donde se realiza el programa.
Fernández ha asegurado que al enterarse de la noticia a través de la familia, solo unos minutos antes de ponerse delante del micrófono, ha tenido la sensación de que la llamada "había sido quizá una llamada de despedida sin que él fuera consciente y mucho menos yo, pero que voy a recordar con mucho cariño".
La periodista ha destacado que Íñigo "ha dejado una huella profunda" en 'No es un día cualquiera' y, aunque no quería utilizar la palabra "maestro", que "es la emplea todo el mundo", ha recalcado que "nos ha ayudado muchísimo, especialmente a mí, no solo a trabajar juntos, sino a diseñar el programa y mantenerlo en antena".
"Me ha dado las directrices", ha subrayado. Ha explicado que llevaba 15 días "malito, entrando y saliendo del hospital y me dijo no tengo fuerzas" -el presentador fallecido hablaba sobre un viaje de regreso a su casa-, aunque ha reiterado que no pensaba que la enfermedad tuviera un desenlace "tan rápido".