El escritor y periodista argentino Martín Caparrós se ha enzarzado con el también escritor y periodista español Arturo Pérez-Reverte, académico de la RAE, a raíz de la propuesta que hizo en el IX Congreso Internacional de la Lengua celebrado en Cádiz y que propone cambiarle el nombre a nuestro idioma.
A juicio de Caparrós, llamar español a un idioma en el que la quinta parte de sus hablantes son mexicanos es "un arcaísmo". Para él, el idioma, "en rigor", debería llamarse "hispanoamericano", aunque propuso el "ñamericano" como nuevo nombre para nuestra lengua.
La idea, sin embargo, no ha gustado a Pérez-Reverte, que a través de Twitter respondió la argentino para hacerle una contrapropuesta: "gilipañol". Una palabra que define, al más puro estilo del diccionario de la RAE, así: "Gilipañol, la. 1. adj. Perteneciente o relativo al gilipañol. 2. m. Lengua artificial, pero en notable expansión, que hermana a los hispanohablantes gilipollas de España, gran parte de América, Filipinas, Guinea Ecuatorial y otros lugares del mundo".
Obviamente, Caparrós ha respondido a través de la misma red social: "¿Ese es el idioma en que tú escribes, no?".
¿Deberíamos renombrar el español?
Caparrós intervino en la mesa "El español, lengua común. Mestizaje e interculturalidad en la comunidad hispanohablante" y propuso "buscar un nombre común" a este idioma, para que no sea el de uno de los veinte países en los que se habla. El "ñamericano", a su juicio, conserva la originalidad de la virgulilla de la ñ, resultado, ha contado, de la "pereza" de los monjes por escribir dos veces la n.
"Decir español nos habría sonado al producto de un país llamado España", ha comentado y ha razonado que, en su opinión, "sería lógico que 450 millones no quieran pensar que hablan la lengua de otro". Para Martín Caparros, buscar otro nombre sería enriquecer una lengua que se ha formado "con la respiración de muchas lenguas y que no se atribuye a ningún reino".