Hablamos de la época en que los hombres con pajarita y dinero entraba impunemente en los camerinos y convertían a las bailarinas en sus amantes. En este caso Khalil-Bey, un diplomático turco eligió a Constance.
Le encargó a Courbet el cuadro. Menudo escándalo, una vulva en primerísimo primer plano, en la época del desnudo grecorromano.
Tal revuelo causó que su autor se convirtió en la comidilla de algunos. Gracias a eso lo ha descubierto un experto biógrafo francés. Leyendo una carta en la que Dumas hijo criticaba a Courbet.
Una mirada prohibida también a los ojos de nuestro siglo, un profesor colgó el cuadro en Facebook y lo censuraron.
Debora Robertis realizó una performance frente a la obra. Entonces, algunos se asomaron sin complejos y otros intententaron, una vez más, taparle la cara al origen del mundo.
Eran conocidos como los 'caras rotas'
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Los conocidos como 'caras rotas' eran despreciados por la sociedad, como se narra en El reconstructor de caras. Solo algunos, gracias al cirujano Harold Gillies, vivieron una segunda oportunidad.