Virginia Woolf es una de las escritoras más importantes del siglo XX, y dentro de su narrativa destaca su capacidad para crear consciencias y plasmarlas en los monólogos internos.
Pero además, su lucha por conseguir la igualdad plasmada en su famosa frase "Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si va a escribir ficción", aún sigue inspirando al feminismo y explica las dificultades de la mujer por abrirse paso en el mundo de la escritura.
Con motivo del 136 aniversario de su nacimiento, Google le ha dedicado su doodle, y muchos usuarios han querido recordar su obra a través de las redes sociales.
La personalidad de Virginia Woolf estuvo marcada por su vida familiar. Nació en una familia culta y, pese a que nunca fue a la escuela, fue educada en casa por varios tutores que también impartían clases a sus hermanos.
La escritora sufrió varias depresiones a lo largo de su vida, y la primera de ella fue a los 13 años con la muerte de su madre. En los años siguientes, además, fue víctima de abusos sexuales por parte de sus hermanastros, creándose en su interior una fuerte mentalidad de lucha contra el machismo que plasmó en su obra.
Finalmente, se acabó casando con con Leonard Woolf, con quien sí compartió una relación de amor. Sin embargo, sus procesos de depresión y el trastorno bipolar que sufría complicó mucho la relación, hasta que finalmente decidió suicidarse lanzándose al río con los bolsillos de su abrigo llenos de piedras en 1941.
Esta fue la carta de suicidio que dejó Woolf:
"Siento que voy a enloquecer de nuevo. Creo que no podemos pasar otra vez por una de esas épocas terribles. Y no puedo recuperarme esta vez. Comienzo a oír voces, y no puedo concentrarme. Así que hago lo que me parece lo mejor que puedo hacer. Tú me has dado la máxima felicidad posible.
Has sido en todos los sentidos todo lo que cualquiera podría ser. Creo que dos personas no pueden ser más felices hasta que vino esta terrible enfermedad. No puedo luchar más. Sé que estoy arruinando tu vida, que sin mí tú podrás trabajar. Lo harás, lo sé. Ya ves que no puedo ni siquiera escribir esto adecuadamente.
No puedo leer. Lo que quiero decir es que debo toda la felicidad de mi vida a ti. Has sido totalmente paciente conmigo e increíblemente bueno. Quiero decirlo, todo el mundo lo sabe.
Si alguien podía haberme salvado habrías sido tú. Todo lo he perdido excepto la certeza de tu bondad. No puedo seguir arruinando tu vida durante más tiempo. No creo que dos personas pudieran ser más felices que lo que hemos sido tú y yo".
Sus obras más famosas incluyen las novelas 'La señora Dalloway (1925)', 'Al faro (1927)', 'Orlando: una biografía (1928)', 'Las olas (1931)', y su largo ensayo 'Una habitación propia (1929)'.