Llevan 40 años en danza, por el mundo y por la historia. Víctor Ullate la puso en marcha en 1979 por encargo del Gobierno. "Quería formar una compañía, pero no había ni presupuesto ni salas de baile", cuenta.
Los inicios, sin presupuesto, fueron duros pero claves. "Sin esos momentos tan difíciles cuando yo empecé, no habría habido el triunfo que hay con el ballet", asegura el bailarín, coreógrafo y director artístico.
Empezó siendo una compañía de clásico hasta la llegada de Nacho Duato, que apostó por piezas contemporáneas. Para Víctor Ullate, "dio a la compañía una visión internacional".
Con José Carlos Martínez como director artístico, volvió la zapatilla de punta después de 25 años. "Mi reto era unificar la compañía, donde se bailara clásico y contemporáneo", puntualiza Martínez.
Con su reto, el cuerpo artístico aumentó a 50 bailarines que son referencia para los más pequeños. "Si lo tuviéramos tan presente como el fútbol, los niños querrían bailar", afirma Ullate.
Ellos siguen siendo minoría, aunque la mentalidad, por fortuna, ha cambiado. "Mi padre escribió a un cura, y el cura le aconsejó que de ninguna manera, que era un pecado que me dejara bailar", recuerda.
La de bailarín es una carrera de fondo en la que, a menudo, tienen que luchar contra la frustración. José Carlos Martínez cree que "a la danza en España le falta mucha proyección".
De momento, ellos seguirán bailando y luchando para conseguir su propio teatro, porque cuatro décadas después, siguen sin un templo para la danza.