Crees que todo está yendo bien, te apartas y de repente, el toro te clava un cuerno en la pierna, así fue la cornada del sexto encierro de San Fermín 2019 en el que el corredor, con 40 años de experiencia, se aparta a tiempo, pero no contaba con la montonera de gente, que le cierra el paso.
El toro lanza un derrote y le engancha con el pitón en una cornada que, por suerte, no fue grave. Pero no es la primera vez que este hombre sufre una cornada, porque hace cinco años, otro toro le empitonó en el perineo provocándole una herida de 6 centímetros. Al año siguiente volvió a correr en el mismo sitio y así hasta esta nueva cogida.
En este encierro, la manada ha ido durante la mitad del encierro partida después de que uno de los toros resbalara en mitad de Estafeta haciendo que los toros corrieran en tres grupos. Triple posibilidad de hacer buenas carreras, pero también triple posibilidad de problemas.
Y es que en un encierro hay dos formas de vivir el miedo: los que lo sufren y los que lo disfrutan.