Los toros de la ganadería La Palmosilla se cuelgan el 'pañuelico' rojo para debutar en San Fermín. En el séptimo encierro, algunos han comenzado y terminado por los suelos: se han caído o, directamente, se han tumbado, lo que ha originado más de un pisotón.
Por primera vez, en San Fermín 2019 ha pasado lo que tenía que pasar: los toros han roto el protocolo y se han puesto delante de los cabestros. Gracias a esto, los corredores han podido cumplir con su función: correr o amontonarse, porque al pasar Estafeta, han comenzado las aglomeraciones.
Lo primero que hay que hacer es mirar por dónde vienen los toros, no sucumbir al miedo y sobre todo, lo básico: esquivarlos. En este séptimo encierro ha sido fácil y también a la inversa: que el toro cogiera a algún mozo. Los astados tenían prisa por acabar el recorrido, han tardado dos minutos y pocos segundos.