El blanco y el rojo son los colores de San Fermín. Durante las fiestas de Pamplona, que se celebran siempre durante una semana en torno al 7 de julio, día de San Fermín, las calles de la ciudad navarra se tiñen de estos dos colores, que no sólo los llevan quienes corren los encierros. Y como todo simbolismo, los colores de la vestimenta de los Sanfermines también tiene un significado.
Sobre el color blanco de camisa y pantalón existen muchas teorías. Una de ellas se remonta a los años 30, cuando una peña, La Veleta, buscaba la manera de llamar la atención y diferenciarse del resto de cuadrillas durante las fiestas de Pamplona. El grupo de amigos estaba formado por gente de la clase obrera, por lo que tenían que encontrar una vestimenta no excesivamente cara y ahí es donde, dicen las historias, se llegó al color blanco: los pantalones y camisas lisos de este color claro eran fáciles de conseguir y también económicos, además de que les permitía diferenciarse del resto de peñas de la ciudad.
No es la única hipótesis: también se señala a los pelotaris de aquella década, a los joteros y a los 'txistularis' de Biarritz —los que tocan el 'txistu' o flauta de tres agujeros— como fuente de inspiración de esta vestimenta tan característica de una fiesta que acoge cada año a miles de personas en la capital navarra.
El pañuelo rojo de San Fermín, una historia religiosa de sangre
La elección del rojo tiene un motivo detrás. Uno religioso. En la tradición católica, cuando se homenajea a un santo mártir que habría muerto por sus creencias, se hace siempre con el color rojo, según el expárroco de la Iglesia de San Lorenzo de Pamplona, Jesús Labari, en declaraciones a la página oficial de las fiestas. En el caso de los Sanfermines, homenaje a San Fermín, es algo parecido.
No está muy claro el origen de San Fermín, aunque se dice que fue hijo de un senador pagano, Firmo, un alto funcionario de la administración romana que gobernó Pamplona en el siglo III. Fue entonces cuando San Saturnino habría llegado hasta esta ciudad para evangelizarla. En su paso por Pamplona, habría bautizado a la familia de Fermín. También a él. Es más, la leyenda cuenta que Fermín terminó ordenándose sacerdote con 18 años para, a los 24, convertirse en obispo.
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Según la historia (poco fiable) que rodea a San Fermín, se cuenta que por su negativa a cejar en su empeño de evangelización, fue degollado (o decapitado, según la versión a la que se llegue) durante la persecución del emperador Diocleciano. Años más tarde, en el siglo XII, el obispo de Pamplona, Pedro de París, habría llevado a la cuidad navarra una reliquia de la cabeza del santo, procedente de Amiens, momento en el cual se empezó a originar la celebración de San Fermín.
Así pues, el pañuelo rojo al cuello significaría la sangre de San Fermín brotando durante su martirio. Aunque también hay que saber que el color rojo es muy representativo de los pamploneses (y del resto de navarros), ya que es el de la bandera de la comunidad autónoma. El 'pañuelico' se lleva durante toda la fiesta (conciertos y verbenas incluidos), aunque se suele llevar en la muñeca hasta el Chupinazo y se coloca en el cuello una vez que comienzan las fiestas, siempre al grito de "¡Viva San Fermín! Gora San Fermin!". El pañuelo y la faja (también roja y, aparentemente, también influencia de 'txistularis' y joteros) son protagonistas de las fiestas hasta que terminan las fiestas, en la medianoche del 14 de julio, cuando se canta el "Pobre de mí".