Como cada 7 de julio, a los seis cabestros les han seguido los toros, nervios entre los corredores tras el cohete. Tanto es así que a algunos, en vez del toro, les ha pillado el compañero de encierro.
Mejor pegarse al corredor a salvo o hacer el emparedado. A pesar de las aglomeraciones, los toros, claro, van a lo suyo.
Han avisado desde el principio y tras varios sustos llega la temida curva que este año ha perdonado, pero no a todos.
Muchos golpes y caídas al suelo. "Es muy emocionante", dice un turista.
Emocionante para quien lo ve, porque no es lo mismo estar expectante o correr que estar pendiente del móvil.
Ante la proximidad de los toros, prima el 'sálvese quien pueda' y en Pamplona ha tocado una lección magistral de tirarse al suelo, que puede ser en grupo o en plancha.
Tanto golpe deja a más de uno confundido, hay muchísima adrenalina y también toros indecisos, como el que se ha resistido a entrar en la plaza. El animal se ha enfadado con los recortes de última hora.
Alguno ha visto llegar al animal, ya se sabe que con tanta prisa lo de menos es perder el zapato, como lo ha pasado a alguno. Toca sin embargo, recuperarlo para el próximo encierro.
En esta primera ocasión, ha habido tres heridos por asta de toro en los dos minutos y 41 segundos que ha durado la carrera.