Sangre, sudor y tinta contra el terror: los supervivientes del atentado en Bataclan se tatúan como terapia
Stephanie se ha tatuado un ave fénix en el brazo. Así es como se siente ella, después de haber sobrevivido a los atentados de la sala Bataclan de París. Es su manera de expresar el enfado que normalmente le cuesta sacar hacia fuera. Pero también es una forma de sentir en su carne la violencia de aquella noche.
Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar, recoger datos estadísticos y mostrarle
publicidad relevante. Si continúa navegando, está aceptando su uso. Puede obtener más información o cambiar la
configuración en política
de cookies.