El alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez, ha anunciado que el Ayuntamiento ha tenido que suspender la edición 2021 del Carnaval para preservar la protección de los ciudadanos ante la pandemia del coronavirus. "En estos momentos vivimos dos urgencias. Una es la crisis sanitaria y otra la socioeconómica, que es consecuencia de la primera", ha dicho en rueda de prensa.
Según Bermúdez, en un momento como el actual nadie entendería que Santa Cruz celebrara un carnaval sin gente en la calle, "que es la fuerza principal que tiene nuestro carnaval". Además, ha hecho especial hincapié en que "no se dan las circunstancias sanitarias para celebrar las fiestas como lo hemos celebrado siempre, en la calle y de manera libre y desordenada, que es como a nosotros nos gusta celebrarlo". "Por lo tanto, Santa Cruz de Tenerife no celebrará la próxima edición del Carnaval en el formado en el que hemos estado acostumbrados a celebrarlo durante 60 años. No podemos celebrarlo de la misma manera que siempre con miles de personas de aquí y de fuera".
Unas fiestas que se celebran desde 1961
Al respecto, recuerda el alcalde que las carnestolendas de la capital tinerfeña tienen lugar desde 1961, por lo que se trata de una decisión "nada fácil" de adoptar. Aquí, apunta que es una decisión motivada por la persistencia de la crisis sanitaria, ya que se está viviendo una segunda oleada del coronavirus "que desgraciadamente todavía no podemos controlar"; y por la necesidad de preservar "por encima de todo" la protección de la ciudadanía. "Con las circunstancias del coronavirus no podemos celebrar como hemos celebrado siempre nuestro carnaval de una manera callejera, multitudinaria y segura", añade.
El Carnaval tinerfeño se suma así a otras grandes fiestas españolas como las Fallas, los Sanfermines o la Feria de Abril, que también fueron suspendidas en su momento.
Actividades que mantengan la "llama viva"
Por otro lado, el Ayuntamiento está trabajando con los grupos del Carnaval en el diseño de algunas actividades que puedan mantener y recordar el espíritu de las fiestas durante las semanas en las que se tendría que haber celebrado, actividades que "permitirían mantener la llama viva de la fiesta y recordarnos que siempre vamos a tener el mejor carnaval del mundo". Por último, el edil se mostró consciente de lo que esta decisión supone para decenas de agrupaciones y colectivos del Carnaval, así como para el tejido económico y empresarial de la capital de la isla.