La Torre Eiffel es el monumento más fotografiado del mundo. Se ha inmortalizado de todas las formas habidas y por haber: con lluvia, con sol, nevada, con niebla… Todas estas instantáneas son legítimas, pero solo si se han tomado durante el día, como recoge la web oficial de la Torre Eiffel. Las leyes francesas dictaminan que las imágenes nocturnas del edificio no están libres de derechos. De este modo, si uno no se rasca el bolsillo, su fotografía implicaría caer en un delito.
La Unión Europea establece que una obra está amparada bajo los derechos de autor únicamente durante la vida del artista en cuestión y en los 70 años posteriores a su muerte. No obstante, esta ley de derechos habitualmente es anulada por otra conocida como ley de ‘libertad de panorama’. Este documento permite fotografiar horizontes sin importar lo que aparezca en ellos, y está extensamente aceptada en casi todos los países del continente. Menos en Francia.
La razón por la que sí es posible fotografiar el edificio durante el día es que las fechas están del lado del que toma la foto: ya han pasado más de 70 años desde la muerte de Gustave Eiffel. El problema es que no ha pasado tanto tiempo desde el fallecimiento de Pierre Bideau, el encargado de las luces de la torre.
Bideau instaló las luces de la Torre Eiffel en el año 1985, y la legislación francesa recoge su trabajo como otra obra artística. De este modo, la torre sí ha pasado a dominio público, pero el espectáculo que ofrece en cuanto se va el sol, no. Sin embargo, no hay constancia de que nadie haya denunciado este hecho. Pero si se hiciera, el autor de la fotografía debería tener un permiso de la Société d'Exploitation de la Tour Eiffel y pagar por su uso, como relata la web oficial.