Todavía coleaba la sorprendente derrota de Anthony Joshua, por el desconocido del púgil de ascendencia mexicana, Andy Ruiz, de hace medio año en el Madison Square Garden cuando comenzó 'La batalla de las dunas' en el Diriyam Arena de Arabia Saudí.
Por aquel entonces, en la velada neoyorquina, el árbitro detuvo el combate hacia la mitad del séptimo asalto, cuando Joshua ya había besado la lona hasta en cuatro ocasiones. Allí perdió el británico los cinturones de campeón de pesos pesados de la Asociación Mundial de Boxeo, Federación Internacional de Boxeo y Organización Mundial de Boxeo (AMB, FIB y OMB).
Pues bien, en el combate, con tintes de revancha, celebrado en tierras sauditas, Joshua aprendió de sus errores y no cayó en las trampas tendidas por el californiano de entregarle las cuerdas y regalarle las distancias cortas. El británico de 1'98 metros impuso su 'jab' sobre el pómulo de Ruiz nada más comenzar el duelo, todavía en el primer asalto.
Tras un tímido intento del natural del natural de Valle de Imperial empujado por su espíritu resiliente que le llevó intentar la machada, el factor físico se tornó en determinante. La figura esculpida en mármol del británico salió a relucir sobre la mala condición física del vigente campeón y la lógica se impuso a los puntos por decisión unánime (118-110, 118-110 y 119-109) para que Joshua recuperara los tres cinturones perdidos en 'La gran manzana'.
"No me he preparado como debía. He ganado demasiado peso, pero no pongo excusas. Si hacemos una tercera pelea, voy a llegar en la mejor forma de mi vida", reflexionó Andy Ruiz tras consumarse su derrota, con hambre de un tercer cara a cara. Como colofón, Joshua se embolsó una cantidad cercana a los 60 millones de dólares mientras que Ruiz se quedó con en torno a 10 millones.