La figura de Barack Obama ha sido fundamental para que la NBA concluya tal y como estaba previsto tras la crisis del coronavirus. El expresidente de EEUU, gran fan del baloncesto, intervino de manera vital en el conflicto que se vivía en la competición y que hizo temer por el torneo tras el plantón de los Milwaukee Bucks.
Obama es, además, amigo personal de jugadores como LeBron. El exdirigente, desde su posición opositora a las políticas de Donald Trump, charló con un grupo de afectados por vía telefónica y asesoró a varios baloncestistas sobre nuevas plataformas de reinvidicación.
"El expresidente habla con jugadores y miembros de la NBA de forma regular. Estaba feliz de poder aconsejar a un grupo de jugadores que quieren aprovechar su posición para lanzar un mensaje tras el tiroteo a Jacob Blake", dice un comunicado de la oficina de prensa de Obama.
Y es que su labor fue fundamental par convencer, por ejemplo, a un LeBron James que estuvo a un paso de irse de la burbuja de Orlando. Obama charló y discutió con él, y finalmente todo seguirá adelante tal y como estaba previsto.
"Discutieron establecer un comité de justicia social que garantice las acciones de los jugadores", dice la oficina de prensa del expresidente.
Obama fue, al igual que Michael Jordan, clave para que la NBA se salve esta temporada.
También fueron vitales Chris Paul, cabeza visible del sindicato de jugadores, y el propio LeBron James. El de los Lakers dejó a un lado su deseo de irse de la burbuja para trabajar por la justicia social.
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