La selección española consiguió la clasificación para los cuartos de final del Mundial de baloncesto, que se está disputando en Tenerife, al ganar a la de Senegal por 63-48, en un partido aciago en ataque y que se ganó en defensa.
España sufrió mucho, demasiado, en los primeros veinte minutos de partido ante Senegal pese a que salió con determinación, sin pisas y con la defensa como objetivo prioritario para crecer en ataque en el marcador. Un 10-5 en los primeros cinco minutos pareció dar la razón a las jugadoras españolas que en cada jugada ajustaban más la defensa cerrando todos los caminos hacia el aro a las africanas.
Senegal se encontró sin armas hasta que Mame Diouf abrió la cuenta de triples para su equipo, que se encontró con un acierto rozando la perfección, 4 de 5 al término del primer periodo, que le sirvió para cerrar el marcador con ventaja, 17-18 con una canasta en el límite de Ndeye Dieng.
Alba Torrens anotó un triple casi en el primer balón que tocó, pero fue un espejismo para el equipo español que lanzó tres triples más sin resultado positivo alguno. En el segundo cuarto se cerró el grifo de las canastas de tres (1 de 4 para Senegal y 0 de 4 para España), pero la selección tuvo que superar un parcial inicial de 0-5 y con el 18-25 (min.12.15) pasar el desierto de la falta de ideas y de soluciones.
Las rotaciones dieron frescura defensiva y el equipo aumentó un poco la velocidad de su juego pero tardó demasiado en igualar el marcador, y de hecho la igualdad se mantuvo hasta el descanso, 34-34. También es cierto que desde ese 18-25 el equipo español hizo un parcial de 16-9 alentador en poco más de 7 minutos.
La falta de fluidez en ataque fue ahogando a España que sólo encontraba cierto respiro en su efectividad defensiva. Tan es así que en los 4.30 primeros minutos del tercer acto la selección consiguió un parcial de 8-0, 42-34, que sirvió para tranquilizar un poco los ánimos de las gradas.
Sin tiro, sin contraataques y sin suerte, la defensa siguió siendo el clavo ardiendo al que se agarraron las jugadoras de Lucas Mondelo, que buscaba un equilibrio puntos-defensa en las rotaciones que no encontró. El 46-40 de final del tercer cuarto, 12-6 de parcial en 10 minutos, es el mejor referente de lo espeso que fue este período.
Un triple de Anna Cruz fue como el maná en el desierto, más que por la diferencia en sí (53-43, min. 32.30) por la posibilidad de abandonar esa carestía anotadora. Pasito a pasito, con mucho trabajo y sufrimiento, el equipo español comenzó a forjar diferencias en el marcador y a ver la luz al final del túnel, no del juego del equipo pero si de la clasificación para cuartos de final.
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Senegal sin triples se quedó en casi nada y ni siquiera Astou Traore, que fue reservada para jugar los minutos finales, pudo hacer nada contra la defensa española. A los últimos cuatro minutos de partido España llegó con 14 puntos de ventaja, 59-45, y cerró el partido con relativa comodidad en 63-48. En cuartos de final se verá las caras, el próximo viernes, con Canadá. Un equipo con muchos baloncesto y muy físico que pondrá las cosas más que complicadas.