Llegaba Tyrese Haliburton al 'Team USA' tras brillar en una gran temporada de Indiana Pacers. El jugador, uno de los mejores de la NBA en su posición, parecía destinado a jugar más en los Juegos Olímpicos de París pero él en ningún momento perdió la sonrisa.

Hizo piña. Hizo familia. Dio apoyo moral a sus compañeros desde el banquillo de Estados Unidos. Jugar, no demasiado. A ratos. Un poco. En partidos concretos. En la final, cero minutos.

En ese vital partido ante Francia su participación fue inexistente. El protagonismo fue para otros. Para LeBron James. Para Kevin Durant. Y, sobre todo, para un Stephen Curry galáctico que hizo una de las mejores exhibiciones que se recuerdan en una final olímpica.

El 4, de los Warriors, no falló ni uno de sus cuatro triples finales para finiquitar a los franceses en París, y para dar un nuevo oro a Estados Unidos. Para brindar el particular 'The Last Dance' olímpico a una generación histórica.

Su mensaje en redes...

Mientras, Haliburton estaba ahí. Observando. Sin hacer mucho ruido. Y sí, disfrutando. Disfrutando mucho. Siendo claramente consciente de cuánto ha jugado en estos Juegos Olímpicos de París.

Así lo dijo de manera clara en su mensaje en redes sociales: "Cuando no haces nada en el trabajo de equipo y aún así logras el sobresaliente".

Y tan feliz, con una foto con su medalla de oro que le acredita como campeón olímpico de baloncesto masculino de París 2024.

Tiene 24 años y mucho por delante para tener más minutos. En Los Ángeles 2028, mismamente, donde bien puede haber un relevo generacional con los Banchero, Jáquez, Miller, Henderson, Anthony Edwards... y sí, también con él. También con Tyrese Haliburton.