Shaquille O'Neal', una de las más grandes leyendas, tiene una espinita clavada en su carrera deportiva. Una que ha confesado en el podcast 'The Big Podcast with Shaq', y que tiene que ver con la primera franquicia en la que jugó. Con la franquicia que le drafteó. Con la que comenzó a forjar su historia en la NBA.
Una que ha recordado. Porque en 1995, O'Neal llegó a la final de la NBA con Orlando Magic. A una final frente a Houston Rockets. Una que no ganaron por, según dice, la vida nocturna.
Por las fiestas. Por un exceso de confianza después de haber derrotado a los Chicago Bulls. "Fue todo culpa mía", afirma.
"Fue todo culpa mía"
"Podríamos haber ganado a los Rockets, pero nos confiamos mucho tras ganar a los Bulls. Les derrotamos, y tuvimos diez días libres", cuenta.
Y ahí todo se torció: "Empezaron los problemas. Fiestas en mi casa. Fiestas en casa de D Scott... Alquilaba aviones privados, antes de que eso existiera".
"Las cosas se volvieron locas. Tuvimos a Houston contra las cuerdas durante todo el año pero no supe mantener la concentración. Se me fue de las manos", insiste.
O'Neal, además, desvela otra cosa: "Jugamos con Olajuwon. Era mi ídolo... le tuve mucho respeto".