El documental 'The last dance', que trata la vida de Michael Jordan, ha sido un auténtico éxito en su lanzamiento. En su desembarco en la NBA, el jugador descubrió que no era oro todo lo que relucía y advirtió los malos hábitos que existían entre jugadores.
"Tuve un evento en pretemporada. Estaba en un hotel tratando de encontrar a mis compañeros de equipo. Empiezo a llamar a las puertas. Llego a una, llamo y digo que soy yo. Entonces abren la puerta, entro, y prácticamente todo el equipo estaba allí. Y había cosas que no había visto en mi vida. Rayas de cocaína por un lado, fumadores de marihuana por otro, mujeres...", explica.
Jordan, que siempre ha destacado por cuidar mucho su cuerpo y mente, se negó a ser partícipe de tal escena: "Lo primero que dije fue: 'Estoy fuera'. En lo único en lo que podía pensar era que si venían, era tan culpable como todos los demás".
El que posteriormente sería seis veces MVP de las finales de NBA quiso desmarcarse de estas prácticas desde el principio: "No iba a clubes, no fumaba, no me metía cocaína y en ese momento tampoco bebía. Solo buscaba descansar un poco y estar bien para jugar al baloncesto".
Rod Higgins, excompañero de Michael en los Bulls, así lo corrobora: "Lo que sea que el resto hayan estado haciendo fuera de la cancha, ya sea de fiesta o lo que sea, Michael no formaba parte de ello. El zumo de naranja y el 7-up eran sus bebidas favoritas".