Stephen Curry volvió a mostrar su peor cara en los instantes finales del encuentro que enfrentaba a Golden State Warriors y Memphis Grizzlies. Todo vino por una jugada en la que Jordan Poole se precipitó intentando anotar un triple apresurado en lugar de ceder el balón a 'Steph', que preso de su enfado lanzó su bucal al público.

Los árbitros no dudaron en mandar a los vestuarios al anotador nato de los Warriors, ya que el reglamento deja claro que "cualquier lanzamiento de objeto hacia el público es motivo directo de eliminación". Es sabido que Curry suele jugar con su protector durante el partido, pero en ocasiones cruza la línea y comete acciones antideportivas como la de anoche.

Esta expulsión no evitó que los de San Francisco se llevaran la victoria, 122-120, y el propio Curry alabó el trabajo de los suyos en esos momentos donde "lo que importa es la energía y lasganas de ganar"

Cuando finalizó el partido se disculpó: "Mis emociones se cruzaran en el camino. Dejé al equipo en mala posición".

A pesar de todo, la estrella esperó a su compañero de equipo en los vestuarios y ambos zanjaron la situación entre bromas y con la alegría de haber resistido un partido muy tenso e igualado.