El Real Madrid, sin objetivos y sin triples (sólo anotó 4 de los 21 que lanzó) y sólo con la buena actuación de Walter Tavares, se diluyó ante un Zalgiris que por primera vez en lo que va de siglo consiguió la victoria en la capital de España y que con esta victoria se clasifica para los playoffs.
Walter 'Edy' Tavares iluminó el primer minuto de partido contra el Zalgiris con 4 puntos y un dominio total bajo los dos tableros. Sin embargo la alegría duró poco, ya que a los 3.45 minutos tuvo que abandonar la pista al haber cometido 2 personales.
Con la entrada de Gustavo Ayón siguió el domino bajo tableros del equipo español que aceptó el intercambio de canastas con un Zalgiris que tampoco salió desenfrenado en busca de la victoria. El 27-25 con el que finalizó el primer cuarto explica perfectamente la laxitud de las defensas en este periodo, en el que el Madrid lanzó 5 triples y no anotó ninguno, aspecto verdaderamente novedoso en la temporada.
La lesión de Sergio Llull, dejaba a Facundo Campazzo como único base puro y a Klemen Prepelic como el encargado de dar descanso al hispano-argentino.
Ese fue el momento que esperó Sarunas Jasikevicius, entrenador de los lituanos, para ahogar al esloveno y con ello el juego del Real Madrid. Tras un parcial inicial de 2-8, el Zalgiris comenzó a sentirse más cómodo en la pista.
Si a esto le sumamos la casi absoluta negación del triple entre los madridistas, ya que el primero y único del primer tiempo lo consiguió Trey Thompkins en el minuto 15.45 (36-39), no fue de extrañar que las ventajas foráneas comenzaran a crecer. La entrada de Ognjen Kuzmic fue lo que acabó de dejar al Madrid sin armas.
El pívot serbio está completamente fuera de ritmo y demasiado lento para poder ayudar. Brandon Davies se erigió, ante la falta de oposición, en el dominador del partido y del marcador, ayudado por Antanas Kavaliauskas que igualmente se vio favorecido por la falta real de oposición.
En estas circunstancias, el 37-46 con el que se llegó al descanso casi se antoja corto, tras el demoledor, para el Madrid, parcial del segundo acto, 10-21.
En el minuto 18 de partido el marcador era ya de 37-46 y en el 23, siguió el mismo marcador. ¡Los dos equipos estuvieron cinco minutos sin marcar punto alguno! Hasta que Marius Grigonis anotó un triple al final de la posesión desde más de 8 metros, 37-49. Con la vuelta de Ayón y la entrada al partido del capitán Felipe Reyes, el Madrid volvió a tener solidez en defensa, pero en ataque las ideas no fluyeron.
Sin ideas y sin triples (1 de 11 tras 25 minutos de juego), el Madrid fue irreconocible. La máxima diferencia lituana fue de 15 puntos, 45-60 (m.27). Pero en esos tres últimos minutos del tercer cuarto el Madrid resucitó con un triple de Anthony Randolph, con el dominio de Tavares y con un parcial de 15-6 en esos tres últimos minutos, que devolvieron las opciones al equipo español tras cerrar el acto con un 60-66. Y un 3 de 17 en triples.
La ligera mejoría madridista y el famoso 'miedo a ganar' que les entró a los lituanos, hicieron que el marcador siguiera estrechándose, gracias a un Tavares que pareció más grande que nunca, sobre todo a los jugadores del equipo báltico, 68-70 (m.33). Dos tiros libres de Randolph devolvieron la paridad al marcador, 74-74, a falta de 5 minutos para el final.
La defensa madridista estaba empezando a paliar los problemas en el triple y uno precisamente de Randolph devolvió al Madrid a números azules, 77-76, después de más de 25 minutos con el marcador en contra.
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El Zalgiris defendió sus opciones hasta el final con un Davies que se echó el equipo a la espalda. El Madrid estuvo a punto de resucitar en el último momento asido a Tavares, pero esta vez no pudo ser. La falta de objetivos y los 4 de 21 triples pesaron demasiado.