El Real Madrid se impuso por 95-85 al CSKA Moscú en el duelo entre los dos últimos campeones de la Euroliga, un partido de baloncesto de muchísimos quilates, con un decisivo Sergio Llull (24 puntos) y un brillante, en defensa y ataque, Jonas Maciulis (20 puntos).
En un duelo plagado de alternativas, los de Pablo Laso mostraron variedad de recursos ofensivos, con 14 puntos del mexicano Gustavo Ayón, trascendental en la defensa (3 rebotes y 4 robos), y otros tantos del estadounidense Anthony Randolph (9 rebotes); mientras que el francés Nando de Colo fue el más destacado de los suyos con 18 tantos y 13 del serbio Milos Teodosic, intermitente.
El Madrid duro en ataque y en defensa
El equipo blanco arrancó con un buen balance defensivo y ayudas para poner un 8-2 en los primeros dos minutos, lo que llevó al técnico griego Dimitris Itoudis a mover piezas para un quinteto más móvil con el estadounidense Aaron Jackson a los mandos y su compatriota Kyle Hines mostrando las carencias de la defensa blanca (14-12, min. 5).
El esfuerzo interior de Felipe Reyes y Gustavo Ayón mantenía al frente en el marcador al Real Madrid junto con uno de los triples imposibles de Sergio Llull, pero el CSKA siempre encontraba la manera de penetrar la defensa blanca e incluso culminaba el primer periodo por delante (23-24).
Tres puntos del esloveno Luka Doncic estrenaron el segundo periodo, pero el CSKA tenía a sus dos magos en pista, tanto Teodosic como De Colo, que comenzaban a hacer daño secundados por el estadounidense James Augustine, imparable por dentro.
El Madrid recurría a fogonazos del lituano Jonas Maciulis para mantenerse por delante, con un triple que ponía el 40-36 (min. 16), pero en dos acciones de puerta atrás los de Itoudis volvían a desnudar a la defensa blanca y empataban el electrónico.
No obstante la calidad del ataque de los de Laso les permite solventar las desconexiones atrás con parciales como el que siguió, un 10-2, con un triple de Llull, canastas de Ayón y Maciulis -éste tras capturar rebote ofensivo- y triple de Thompkins (50-42). CSKA maquilló el resultado con dos acciones que ponían 50-46 al descanso.
La segunda mitad, que comenzó casi diez minutos de retraso por un error en el marcador impropio del nivel del duelo, fue una lucha poder a poder.
La segunda parte fue una lección de baloncesto de ambos equipos
Primero, desde fuera, con el primer triple visitante del partido, de Victor Khryapa, respondido al instante por Maciulis; en cuanto apareció brevemente Teodosic llegó un triple de Llull, pero le contestaba con la misma medicina De Colo (60-60, min. 25); y de nuevo el balear se apuntaba un lanzamiento extraordinario (65-62).
Al frenesí exterior seguía una fase de faltas y tiros libres de la que se benefició el Madrid y redondeó Anthony Randolph, desaparecido hasta el momento, con un mate con tiro adicional.
El tercer parcial se cerraba con un 74-70 para los blancos y todo por decidir. Randolph seguía en su mejor versión al inicio del cuarto definitivo, pero De Colo demostraba que él también sabía de triples imposibles y abría una locura exterior que seguían Maciulis, Teodosic y Doncic, que ponía ocho puntos arriba a los blancos (84-76, min. 32).
Pese a que el CSKA hacía esfuerzos para bajar las revoluciones al duelo y acercarse (84-82, min. 35) siempre aparecía algún recurso en ataque madridista, bien un triple de Randolph, bien una bandeja con tiro adicional de Llull (90-85, min. 37).
El ídolo madridista sería también el que sentenciaría el partido con una bandeja que suponía el 93-85 a falta de los últimos 58 segundos, la guinda a una victoria trabajada, sufrida y de muchos quilates para el Real Madrid ante el vigente campeón de la Euroliga.