Roglic no quería seguir de líder y otros buscaron su momento de gloria. Una fuga con licencia lo hizo posible. Fausto Masnada, de 25 años se confirmó con una victoria que añade a las dos logradas en el reciente Tour de los Alpes. Aquí hay un corredor de muchos quilates.
Y Valerio Conti, de 26 años, aquel ciclista que lució el dorsal número 1 de la Vuelta 2014 en ausencia del americano Chris Horner y que ganó la etapa de Urdax en la ronda española de 2016, el día de la siesta de más de media hora del pelotón, aceptó el "regalo" de Roglic y su equipo para subir al podio y ponerse la maglia rosa, además con más de 5 minutos de ventaja sobre los favoritos.
No era la guerra de los favoritos, que se tomaron la etapa como de descanso activo, a pesar de los sustos, que no faltaron. Roglic sigue siendo el líder real con 35 segundos sobre Simon Yates y 39 respecto a Vincenzo Nibali.
El Giro viró de la costa del Tirreno a la del Adriático con otra jornada larga marcada para el cambio de líder. Roglic dejó claro que era buen día para dejar la maglia rosa con una escapada controlada y sin rivales de enjundia. Y es que el liderato obliga a trabajar al equipo y desgasta mucho con las ceremonias del podio.
Pensado y hecho, pero con susto incluido, pues la jornada de transición hizo probar a Roglic el asfalto con una caída en el kilómetro que no tuvo consecuencias, tan solo el destrozo del "culotte", poca cosa para lo que pudo haber pasado. La fuga prevista se formó con 13 hombres, entre ellos 2 españoles, José Joaquín Rojas (Movistar) y Rubén Plaza (Israel), el primero con otro Movistar en la aventura, el costarricense Andrey Amador.
El mejor clasificado era el italiano Valerio Conti (UAE Emirates), a 1.59 en la general. No se inmutaron los hombres del Jumbo Visma, que se ocuparon de mantener la escapada en torno a los 5-6 minutos, suficiente para soltar la maglia, que quema cuando las etapas de montaña y claves aún están lejos.
Entendimiento en cabeza, todos interesados en aprovechar las rebajas después de 5 días gestionados para el esprint. Iban a jugarse la gloria en San Giovanni Rotondo, en la Puglia, localidad donde está enterrado el Padre Pío, la figura religiosa más venerada de Italia, un personaje de culto e ídolo popular al que acuden los campeones del deporte.
Bartali le visitó en pleno Giro de 1947 para confesarse, vistiendo en la ocasión la maglia rosa. También su gran rival y leyenda Fausto Coppi, mucho menos religioso que su gran rival, sin confesión.
Ahora la llegada ofrecía una sabrosa victoria de etapa, pero antes los escapados debían ganársela a partir de la subida a Coppa Casarinelle (2ª), de 15 kilómetros, con rampas de hasta el 9 por ciento y la cima a 12 de meta.
Atacó Rojas a pie de puerto y contestó un joven bergamasco de 25 años, Fausto Masnada (Androni), un escalador ganador de 2 etapas en el reciente Tour de los Alpes, quien avanzó llevándose a rueda a Valerio Conti (UAE). Un arreón que abrió un hueco de 30 segundos entre el dúo italiano y un trío con Rojas, Plaza y Carboni. Del pelotón se sabía a 7 de meta que había optado por el descanso, cediendo cada vez más minutos.
Adiós a la maglia rosa de Roglic, que se quitaba un peso de encima. Bastante tendría el esloveno con irse directamente al autobús a curarse las heridas de la caída. Masnada y Conti por la etapa y el liderato. La lógica indicaba que el triunfo parcial le correspondía al primero y el liderato al corredor de Emiratos. Ambos se presentaron avalados por el medio minuto a la recta de meta. Y se cumplió el pacto de caballeros. Todos contentos.
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Este viernes se disputa la séptima etapa entre Vasto y L'Aquila, de 185 kilómetros, jornada propicia para aventuras en solitario por la zona afectada por el terremoto de 2009. Tras unos primeros kilómetros llanos, llegará un ascenso continuo en un trazado accidentado aunque sólo hay una cota puntuable, el puerto de Svolte di Popoli (2a). Al final, a 1.500 metros de meta comienza un ascenso del 7%, con un tramo del 11%.