Dylan Groenewegen fue el desgraciado protagonista en el terrible accidente de Fabio Jakobsen en la Vuelta a Polonia. Su maniobra podría haber provocado la muerte de su compañero de profesión.
Ahora, en una entrevista a 'Helden' ha contado el calvario que vivió después de esta etapa, teniendo que ser protegido por varios agentes de policía durante las 24 horas.
"Que quede claro que nunca fue mi intención poner en peligro a otros ciclistas, pero lo ocurrido fue claramente mi culpa. Me desvié de mi línea y eso no está permitido", ha afirmado, en primer lugar, volviendo a pedir disculpas.
Y ha contado la pesadilla: "Hubo amenazas muy serias y concretas que nos hicieron llamar a la policía pocos días después del accidente. Los siguientes días y semanas la policía vigiló la puerta de nuestra casa. No podíamos salir de casa de forma espontánea. Si lo queríamos hacer, nos tenía que acompañar un policía para que no nos pasara nada".
"Recibimos cartas escritas a mano y en una de ellas nos dejaron un trozo de soga para que colgásemos a nuestro hijo. Cuando lees ese mensaje y te mandan la soga te aterrorizas. Eso no podía seguir así y la policía tomó medidas al ver esas cartas. Claro que eso te afecta. ¿Qué pasa aquí? ¿Cómo es posible? ¿En qué mundo vivimos? Pasa todo lo peor por tu cabeza y levantarse de la cama esos días era todo un desafío", finaliza.