Hace apenas un mes, con el mercado de fichajes llegando a su fin, analizábamos cómo Arabia Saudí está progresivamente 'comprando' el deporte: fútbol, Fórmula 1, MotoGP, golf... y apunta al tenis.
El país, en material de igualdad y respeto de los derechos humanos, digno del siglo pasado, está invirtiendo ingentes cantidades de dinero en distintos deportes para ponerse en el escaparate... y así lavar su imagen.
No lo decimos nosotros, lo ha afirmado abiertamente y sin ningún tipo de medias tintas el príncipe de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman.
"Si el lavado de imagen va a incrementar mi PIB un 1 %, entonces seguiré haciendo lavado de imagen", ha reconocido en una entrevista a 'Fox News'.
¿Se refiere a algo concreto? Amén de lo que subyace ante el público general, Amnistía Internacional ya le ha dado un 'toque de atención' a Arabia Saudí por su actuación como propietario del Newcastle.
La tercera equipación de las 'hurracas' rinde homenaje a los colores de la bandera del país árabe, y será usada por la selección de Arabia Saudí en dos amistosos que jugarán en St. James Park, estadio del Newcastle.
Un blanqueo de imagen en toda regla a ojos de Reino Unido... que a Mohammed bin Salman le da igual mientras ponga al país en el mapa y obtenga un rédito económico.
"No me importa cómo lo llamen. Si tengo un crecimiento del 1 % gracias al deporte, voy a buscar un 1,5 %. Que lo llamen como quieran, pero voy a querer ese 1,5 %", ha añadido el príncipe, cuyo sueño es albergar el Mundial de 2034 al igual que ha hecho su vecino Catar con el de 2022. Y, como recordábamos al arranque del texto, esto es solo el principio.