Dos derrotas en tres días. Ese es el bagaje que suma el Real Madrid más actual ante el Barcelona en el Santiago Bernabéu. Cero a tres en Copa y 0-1 en Liga, y aunque por el resultado pueda parece que habría sido al revés, la que más ha dolido es la segunda. Las sensaciones fueron peores que las coperas, y no pocos jugadores quedaron completamente señalados por una afición que ve cómo la competición doméstica se ha terminado en marzo.
El jugador que más dañado ha quedado tras el Clásico es Gareth Bale. El galés está realizando ya de por sí una temporada muy gris justo cuando era él el señalado para tomar el testigo de Cristiano y para recoger los galones del 7. En cambio, raro es el partido en que es titular... y en los que lo es realmente es como si no estuviera.
Contra el Barcelona fue parte del once inicial, y su participación fue, para lo que se espera de él, nula. No participó en ataque, no desbordó, no tiró diagonales... y se le vio completamente desconectado del resto de sus compañeros. Tremenda pitada para él cuando fue sustituido para que entrase Asensio. La afición del Bernabéu ha perdido la paciencia con el galés. Sus momentos más recordados de febrero fueron el corte de mangas en el Metropolitano y la no celebración de su gol con Lucas contra el Levante.
Otro de los damnificados del encuentro ante el Barcelona es Toni Kroos. El alemán está lejísimos de su mejor forma de juego y se nota. Se nota mucho. Lento en la presión, y también con el balón en los pies, Santiago Solari le sustituyó por Fede Valverde en la segunda parte. El mediocentro está cargando de razones a Bernd Schuster.
Casemiro tampoco estuvo fino en el Clásico. El brasileño fue incapaz de frenar el control del Barça, aunque cierto es que en el Bernabéu se repartió responsabilidades junto con Kroos y Luka Modric.
Además, Sergio Ramos. El camero se vio completamente superado en el primer gol del Barcelona, cuando Ivan Rakitic se libró de su marca para, en carrera, resultar imposible de atrapar para el central. Aunque trató de tapar el tiro, no llegó a tiempo. Vio una amarilla, aunque se debería haber ido a vestuarios antes de tiempo por una agresión con el brazo a Lionel Messi.
Salvo Reguilón y Vinicius, a pesar de que el brasileño de nuevo volvió a estar fallón en cuanto al remate, el resto de futbolistas del Real Madrid estuvieron a un nivel más bajo del que deberían estar. Y cuando eso pasa, toca mirar al banquillo. Y en él está Santiago Solari.
El argentino está teniendo que lidiar con muchos toros bravos en su primera experiencia en la élite. Isco y Marcelo, por ejemplo, pero también con Bale y con un grupo de jugadores que han ganado tres Champions en tres temporadas. Ante el Barcelona, y aunque lo intentaron hasta el final, casi el cien por cien de ocasiones blancas llegaron o bien por centros o bien con tiros de larga distancia. Poca fluidez, y poca solución desde un banquillo del que saltaron al verde dos internacionales con España.
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Mala nota general para el Real Madrid en el Clásico y muy mala para, sobre todo, Gareth Bale y Toni Kroos. El Bernabéu ya se ha hartado del galés, y el alemán necesita dosificarse y entrar en unas más que necesarias rotaciones para que su nivel físico sea el que debe ser en la Champions. Otra vez, Europa es la única tabla de salvación para los blancos... a saber si también lo es para Santiago Solari.