El Hoffenheim y el Bayern de Múnich dijeron 'basta ya' a los ultras en el partido que enfrentó a ambos. Los equipos, ante los insultos de los radicales bávaros contra Dietmar Hopp, dueño del equipo local, jugaron como un solo conjunto y durante un cuarto de hora se pasaron la pelota entre ellos como forma de protesta.
Karl Heinz-Rummenigge, director general de los de Múnich, mostró su indignación y su repulsa ante estos ultras: "Siento vergüenza. Le pedí disculpas a Dietmar Hopp. A estos no se les ha perdido nada en un estadio, y actuaremos con la dureza y la severidad con la que haya que actuar. Tenemos que acabar con esto".
"Aquí todos miran hacia otro lado, y necesitamos una campaña conjunta de Liga y de Federación. Es un día negro para el fútbol, esta gente es enemiga de este deporte", afirma.
Rummenigge prosigue: "Suelen decir que el Bayern es su club, pero no lo es. Nuestro Bayern no quiere tener nada que ver con esta gente".
Los ultras del conjunto muniqués profirieron insultos de todo tipo contra Dietmar Hopp, dueño del Hoffenheim y uno de los hombres más ricos de Alemania.
A pesar de los avisos del árbitro, los radicales no pararon y exhibieron una pancarta ofensiva que hizo que el encuentro se detuviera.
Al reinicio del mismo, ambos equipos jugaron como uno solo como protesta contra la actitud de estos ultras. Una actitud que ha avergonzado al Bayern y al mundo del fútbol.