El Celta viajará a Bélgica con un único gol de ventaja después de superar al KRC Genk (3-2) en un descontrolado partido en el que contrastó la eficacia del conjunto gallego en ataque durante la primera parte con su fragilidad defensiva durante todo el encuentro.
El Celta facilitó, con un par de errores, los dos tantos del equipo belga en el primer choque de la eliminatoria de cuartos de final de la Liga Europa. No empezó bien el equipo de Berizzo. Salió con pequeñas dosis de apatía en su juego.
Todavía estaba desperezándose, mostrando síntomas de inseguridad en defensa, cuando Trossard rompió a Fontás en la banda izquierda y colocó la pelota en la cabeza de Boëtius, que apareció entre el resto de defensas como un puñal para marcar el gol del Genk. Esa debilidad defensiva del Celta contrastó con su autoridad en ataque.
Fue la versión ADN Berizzo: presión y velocidad. Reaccionó con empuje el Celta al marcar dos goles en apenas tres minutos. Primero en una jugada de tiralíneas, en la que se asociaron desde la banda izquierda Radoja, Jonny, Guidetti y Sisto, que empató.
Partido loco
Después, en una asfixiante presión de la línea de ataque que provocó el error del central Colley, un regalo para Aspas, que guió la pelota hasta el borde del área y definió con un lanzamiento preciso (min. 18). La velocidad fue el mejor argumento del Celta en ataque.
Sin la pausa o el control del centro del campo de otras ocasiones, se refugió en la rapidez de sus bandas: Sisto inició un contragolpe desde la izquierda que culminó mal Jonny (min. 22); Hugo Mallo puso desde la derecha un buen centro que cabeceó Tucu Hernández (min. 33).
El partido, roto en la zona central, favoreció al Genk, que, como en el primer gol, supo explotar el desborde de Leandro Trossard, letal desde la izquierda. Fue el mejor del conjunto belga. Trossard centró y remató con peligro Castagne; poco después, también desde el costado izquierdo, el envió envenenado fue de Malinovskiy. Los sustos del Genk los acalló el Celta con velocidad.
Otro contraataque y otro gol. Guidetti, una de las novedades en el equipo titular, salió veloz desde el centro del campo, hizo la pared con Aspas y se plantó ante Ryan para marcar el tercero del conjunto de Berizzo (min. 38). No hubo pausa con tanto desajuste defensivo o con tanto descontrol en el centro.
Resultado tramposo para el Celta
El Genk empujó en los cinco minutos finales del primer tiempo: un buen remate de Samatta que desvió Sergio; un error del portero, al que se le escurrió la pelota de las manos en un lejano tiro de falta de Malinovskiy; y un tiro alto de Boëtius. El ritmo decayó en la segunda parte, al tiempo que también bajó el número de oportunidades.
Y es que en los primeros veinte minutos -posesión insulsa del Celta con poca llegada- únicamente un tiro de Hugo Mallo inquietó la portería de Ryan. Pero ese ritmo monótono se quebró con un grave error defensivo gallego.
En un balón largo del Genk que llegó cerca del área del Celta, Cabral despejó mal, Trossard centró y Jonny dejó pasar la pelota, que llegó a Buffel, solo ante Sergio para marcar el gol a placer, un inesperado regalo en la única aproximación belga durante la segunda mitad.
Ese tanto silenció Balaídos, que comprobó, además, como su equipo no logró superar con claridad el orden defensivo del Genk. Solo un tiro de falta de Wass (min.70), un cañonazo del Tucu Hernández que despejó Ryan (min.73) o, como la mejor ocasión, un gran remate de Aspas que encontró la mano salvadora de portero visitante (min.78) para cerrar un descontrolado partido que deja la eliminatoria abierta.