Novenos en Liga a la misma distancia del liderato que del descenso, en serios problemas en Champions League, con un pobre nivel de juego... la situación del FC Barcelona es insostenible, y Joan Laporta lo sabe y lo sabía.
El presidente azulgrana mantuvo a Ronald Koeman en el cargo tras un pobre inicio de temporada en la 'era posMessi' confiando en que el neerlandés metiera en vereda al equipo, recuperase a los pilares lesionados y revertiese la situación.
Nada más lejos de la realidad, el equipo del exseleccionador de Países Bajos ha sido una sombra de lo que exige la directiva y el aficionado culé, que además de resultados pide que se juegue al 'tikitaka'.
Con Koeman, ni resultados ni 'tikitaka' -o 'tikitaki'-. Frente al Rayo Vallecano, se colmó el vaso de la paciencia de Laporta. El presidente despidió a la leyenda blaugrana en el avión de vuelta a la Ciudad Condal... y se comenzó a carburar la contratación de un nuevo técnico.
Por delante de Marcelo Gallardo y Jordi Cruyff, Xavi Hernández ha sido el elegido por la directiva para ocupar el banquillo del Camp Nou, pero antes el club deberá hacer malabares financieros.
Primero, porque aún le deben cuatro millones de euros a Quique Setién por su despido en agosto de 2020. Después, por la cláusula de penalización y la ficha anual de Koeman a las que deberán hacer frente para consumar su destitución .
En términos de cláusula por despido, el Barça debe abonar 5,8 millones de euros al neerlandés, que a su vez percibe una ficha anual de 7,2 'kilos', lo que aunado suma una cifra de 13 millones, que será el montante que deberá pagar la entidad culé para echar a Koeman, tal y como publica 'Sport'.
A su vez, y dada la precaria situación de las arcas azulgranas, Xavi Hernández no podrá recibir un salario mayor a los 2,9 millones, no existiendo la posibilidad de acordar un pago mayor en las próximas temporadas. Debería firmar por lo que resta de temporada y luego... Vorem.