La final de la Copa del Rey ha vuelto a generar controversia. Desde el Partido Popular critican los pitos al himno español: "Esto es muy desagradable y muy inoportuno" decía Rafael Hernando.
Sin embargo, las críticas del president cesado, Carles Puigdemont, son para la policía por su actitud a las puertas del estadio antes del partido: "Si un simple color es ahora una ofensa contra el Estado, ¿qué es lo próximo? Policía política española". Desde prisión, Oriol Junqueras ha celebrado una victoria que, asegura, ha sido doble: "¡Victoria blaugrana! (¡Y amarilla!)".
Para el Secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, el Gobierno insulta a la policía: "Un Gobierno que pone a la policía a perseguir a personas normales y pacíficas y a requisar camisetas es un gobierno que insulta a la policía. La policía está para perseguir a delincuentes y corruptos, como los que hay en el gobierno".
Alberto Garzón responsabiliza al ministro de Interior de la actuación de la policía: "Prohibir la entrada de camisetas en un estadio de fútbol por el color o el mensaje político que implica es un atentado contra los derechos fundamentales y contra la democracia".
Desde Ciudadanos aseguran que se trataba de un partido de alto riesgo y que la policía se limitó a hacer su trabajo: "Es lamentable que a eventos deportivos de esta importancia se trate de llevar símbolos políticos". Y aseguran que lo hicieron así para evitar, dicen, posibles enfrentamientos.