Dice la hemeroteca del deporte rey que jugador que se enfrenta a su exequipo, jugador que ve portería... y Ousmane Dembélé no ha faltado a la cita con la 'ley del ex' en la ida de los cuartos de final entre París Saint-Germain y FC Barcelona en el Parque de los Príncipes.
El conjunto azulgrana se llevaba la victoria momentánea al descanso gracias a un gol de Raphinha en una de las tantas idas y venidas que se produjeron en la primera mitad.
Sin embargo, el vendaval parisino arrancaba a partir de las diez de la noche... y de qué manera. Apenas se habían consumido tres minutos de juego del segundo acto cuando Dembélé recogía un balón en la esquina derecha del área, se orientaba a la derecha, recortaba hacia la izquierda y 'fusilaba' a Ter Stegen con un 'trallazo' a su escuadra que el alemán no pudo ni oler.
Alocada celebración
Una cosa era el gol, que podía ser más o menos esperado, pero lo que no se imaginaban los seguidores azulgranas era la efusiva celebración del galo.
Brazos al cielo y un furioso grito ante su exequipo para encarrilar una remontada que consumó dos minutos después Vitinha, pero que tuvo 'efecto boomerang' con sendos tantos de Raphinha -tras un excleso pase de Pedri- y de Andreas Christensen. El Barça se va con ventaja a Montjuïc.