El Celta de Vigo se reencontró con la victoria cinco partidos después tras doblegar al Osasuna, en un partido que encarriló Pione Sisto en el primer tiempo pero en el que sufrió más de lo que dice el resultado, pues sólo hasta la recta final, con goles de Jozabed y Aspas, sentenció al colista.
El Celta se apoyó en la creatividad de Giuseppe Rossi y en las carreras del extremo danés Pione Sisto para crear peligro en la primera parte. Su dominio fue abrumador ante un Osasuna que se conformó con defender y contragolpear.
El Celta no dio opción al Osasuna
Demasiado conservadurismo en un equipo que está al límite como el navarro. Sólo en los últimos minutos del primer acto, coincidiendo con una pequeña relajación de su rival, el equipo de Petar Vasiljevic se aproximó al área de Rubén Blanco.
El portero gallego no tuvo que intervenir ni una sola vez en los primeros 45 minutos. El único disparo a puerta del Osasuna, de Roberto Torres (min.43), se marchó demasiado desviado. El Celta arrancó sin muchos de sus habituales titulares.
Berizzo reservó a Hugo Mallo, Cabral, Roncaglia, Tucu Hernández o Iago Aspas para la vuelta de los dieciseisavos de final de la Europa League contra el Shakthar, demostrando que no da por perdida la eliminatoria pese al 0-1 que lograron los ucranianos en Balaídos.
La segunda parte tuvo más ritmo con los cambios
Y el plan B funcionó. Radoja, Marcelo y Wass dominaron en el centro del campo; Bongonda y Pione Sisto hicieron daño con su velocidad en las bandas; y Rossi aprovechó los minutos para reivindicarse. Necesita más minutos el italiano, que generó peligro cada vez que entró en contacto con el balón.
Lo demostró en el gol de Pione Sisto, al conectar con Bongonda y después dejar pasar espectacularmente para que el danés fusilase a Sirigu. Era el minuto 22. Dos después probó a su compatriota con un disparo que le salió centrado; y acto seguido buscó el gol con otro potente remate.
Mejoró el Osasuna tras el paso por los vestuarios y a los cuatro minutos, después de una pérdida de Sisto en la medular, Sergio León rozó el empate con un disparo cruzado que desvió Rubén Blanco. El Celta seguía sin reaccionar y De las Cuevas probó de nuevo a su portero.
En diez minutos el conjunto navarro ya había amenazado más que en todo el primer periodo. Y no se quedó ahí: Oriol Riera cabeceó cerca del poste y Sergio León remató alto un centro de Berenguer. Perdonó el equipo navarro y lo pagó, pues a partir de ahí casi ni generó el peligro.
El Celta se enchufó con la entrada de Jozabed y Aspas, que precisamente fueron los que marcaron en la recta final: el primero con un gran remate de cabeza y el segundo tras picar ante la salida de Sirigu.