Con un 'hat trick' de Vicente Iborra, que había sustituido en el descanso al lesionado Nico Pareja, el Sevilla asaltó el fortín de Balaídos, donde el Celta no caía desde el 10 de septiembre, en un partido vibrante y con numerosas ocasiones para ambos equipos.
El partido no defraudó. Se esperaba una intensa batalla en el centro del campo y así fue. El Celta logró descoser a su rival con una asfixiante presión en campo contrario. Berizzo le ganó la partida táctica a su compatriota Jorge Sampaoli, pero fue el Sevilla el que dispuso de la primera ocasión con un remate de Franco Vázquez que salvó Rubén Blanco.
No tardó en responder el Celta, que en apenas cuatro minutos dispuso de dos ocasiones, primero con un disparo de Jonny y después con un cabezazo de Iago Aspas al que respondió con una gran mano Sergio Rico. El Sevilla sufría para salir jugando desde atrás pero eso no impidió que Ben Yedder volviese a rozar el gol. De nuevo un inspirado Rubén Blanco se lució. No se había alcanzado el ecuador del primer tiempo y ambos equipos ya habían disfrutado de ocasiones. El ritmo era frenético. Después de una buena jugada de Orellana, Pione Sisto cabeceó mal en inmejorable posición.
El Sevilla no tenía el balón pero cada vez que se aproximaba al área viguesa generaba peligro: en el minuto 27 el francés Steven N'Zonzi con un cabezazo que se estrelló en el larguero enmudeció Balaídos, que casi canta el gol en la recta final del primer periodo, después de que un remate de volea de Orellana, al que asistió Aspas, se marchase ligeramente desviado.
Una igualdad que se rompió en el arranque del segundo tiempo después de que Iborra, que había sustituido en el descanso a Pareja, explotara una de las armas más peligrosas de su equipo: el balón parado. El 0-1 obligó al Celta a asumir riesgos defensivos y Berizzo buscó revolucionar el duelo con la entrada de Guidetti y Bongonda, éste a falta de poco más de un cuarto de hora para el final.
Con el Celta volcado, el Sevilla pudo sentenciar pero el remate, dentro del área de Vitolo se marchó alto. Siguió insistiendo el conjunto gallego y las ocasiones se sucedieron: Guidetti y Orellana lo intentaron pero sin éxito. Perdonó el Celta y lo pagó porque de nuevo Iborra lo volvió a golpear. El centrocampista valenciano cerraría su gran noche con un nuevo gol, desde el punto de penalti ya en el descuento.