Villarreal y Valencia empataron sin goles un partido nivelado, en el que los locales no supieron aprovechar su superioridad numérica en la media hora final ante un rival compacto que jugó mejor con un hombre menos y que sigue sin ganar en esta Liga.
El partido tuvo dos fases, con una primera hora de igualdad extrema y una segunda, tras la expulsión de Parejo en el minuto 60, en la que los locales se apagaron y el equipo visitante se mostró más cómodo e incluso tuvo sus dos ocasiones más claras de gol.
El equilibrio de fuerzas y el planteamiento casi idéntico entre ambos equipos marcó una primera parte intensa, pero con poca profundidad por parte de ambos equipos. Con un 4-4-2, una línea medular bien posicionada y dos delanteros a los que no les llegaban demasiados balones, Villarreal y Valencia trataban de darse réplica, aunque sin conseguirlo.
Fueron 45 minutos en los que las posesiones de balón de unos y otros fueron largas, ya que ningún equipo se animaba a arriesgar en ataque y en las escasas ocasiones en las que lo hacían, las defensas superaban con cierta facilidad a los atacantes.
Se jugó en el centro de campo y las llegadas a meta brillaron por su ausencia, aunque el Villarreal dispuso de una ocasión de gol tras un centro desde la izquierda que Carlos Bacca no fue capaz de rematar solo ante Neto.
Esa tónica de juego provocó un partido con el balón jugado de un lado a otro por ambos equipos, sin demasiados fallos que produjeran pérdidas y con Trigueros por parte local y Parejo por la visitante como conductores del fútbol de sus respectivos equipos, incapaces de sorprender con desmarques o pases profundos.
El 0-0 con el que el encuentro llegó a su ecuador fue un fiel reflejo de lo que ocurrió en los primeros 45 minutos de un duelo que se jugó a 28 grados. Al partido le falta chispa. Necesitaba una genialidad o un error para que cambiara la dinámica, pero el cambio se produjo en una acción en el centro del campo en la que el árbitro consideró que una entrada de Parejo sobre Funes Mori merecía tarjeta roja.
La expulsión del capitán valencianista provocó las protestas de Marcelino García Toral, técnico del Valencia, que también fue expulsado. Coquelin entró en el campo para cubrir la posición de Parejo y Gameiro abandonó el terreno de juego.
La medular valencianista cobró consistencia. El partido se había puesto de cara al Villarreal, que, con un hombre más y ante su público, tenía responsabilidad de llevar la iniciativa que no había llevado hasta entonces. Sin embargo, la primera ocasión clara de gol de todo el partido fue para el equipo que jugaba en inferioridad: un gran remate de Guedes que Asenjo envió a córner (m.70).
El partido entró en el cuarto de hora final con la emoción que no había tenido hasta la expulsión de Parejo, pues la situación de extrema igualdad que se había dado hasta entonces había cambiado para dar paso a un escenario distinto, entre un Villarreal obligado a buscar el gol y un Valencia que necesitaba mantener el empate.
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Un remate de Cheryshev (m.83) obligó a Asenjo a realizar otra buena parada en una fase del juego en la que el Valencia había conseguido evitar que se notara su inferioridad y el partido acabó con un empate que refleja lo visto sobre el terreno de juego.