El Atlético ha perdido en las áreas su encuentro contra el Levante. En la contraria, por ser incapaz de marcar tras más de diez disparos a portería; en la suya, por recibir dos goles en solo dos tiros a puerta. Los de Simeone se dejan otra vez puntos contra los granotas y ya queda claro que sus rivales han encontrado la llave para abrir el cerrojo del arco de Jan Oblak.
Porque ya son siete, ojo, siete, partidos consecutivos en LaLiga recibiendo gol. O recibiendo goles, pues los rivales ya no solo marcan uno sino que incluso dos a un equipo que estuvo no pocos duelos sin encajar una sola diana. Ahora, la grieta se ha hecho tan grande que pasa todo el mundo.
El Levante disparó dos veces entre palos. En ambas, el cuero acabó en las redes de Jan Oblak. En total, tres tiros, siendo uno de ellos una clarísima ocasión de Morales, que se plantó solo ante el esloveno pero que cruzó en exceso la bola.
A la segunda no perdonó. Kondogbia, fallón, estuvo flojo en la frontal del área y perdió el balón ante el granota. Disparó, y el balón terminó dentro tras un par de rebotes.
El 0-2 llegó en el descuento. Oblak subió a rematar un saque de esquina y cayó en el área del Levante. Llorente, en su envío a la banda izquierda, perdió el balón y De Frutos tan solo tuvo que correr y, eso sí, demostrar una puntería que no tuvo ni uno solo de los jugadores del Atlético en un arco sin portero.
Porque atrás llevan siete partidos encajando, y recibiendo gol en muchas ocasiones en primer lugar. Este récord negativo le puede salir más que caro a un Atlético que cada vez tiene menos ventaja sobre sus perseguidores.
También puede salirle caro la escasa puntería demostrada en ataque, en especial en estos partidos contra el Levante protagonizada por Ángel Correa y por Joao Félix.
Su padre, indignado
Obligan a un niño de cinco años a quitarse la camiseta del Espanyol para poder entrar en el campo del Girona
"El bebé se ha tenido que quitar la camiseta del Espanyol porque dicen que con ella no puede entrar. Terriblemente peligroso. Pueden morir todos. Un niño de cinco años", se escucha decir a su padre.