El Popeye ruso presume de heridas de guerra. Kirill Tereshin ha enseñado en un nuevo y desagradable vídeo los 60 centímetros de carne que le han tenido que quitar de sus bíceps.
En total, Tereshin se ha inyectado tres litros de synthol, una sustancia que podría haber acabado con su vida si no se hubiese operado a tiempo.
"Todo eso tiene que ser eliminado. Por ahora he quitado los tejidos dañados de un solo brazo. Necesitamos mantener la vena, los nervios y otras funciones de la extremidad", comentó el cirujano Dmitry Melnikov.
El vídeo de la operación, con imágenes sensibles que pueden herir su sensibilidad, se hizo público horas después de la operación, que ocurrió sin mayores incidencias.
"Orgulloso de mi colección completa de carne. La cuidaré como a un hijo. Este es mi amor", asegura Tereshin en el vídeo.