No hay mejor forma para espantar los fantasmas en el fútbol que volver a ganar. Que ganar goleando. Que ganar convenciendo. Es justo lo que ha hecho España. Es justo lo que han hecho las jugadoras de Jorge Vilda en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda. Es justo lo que ha hecho una selección que ya está en cuartos tras derrotar a Suiza.

Tras golear a Suiza mejor dicho. Porque sí, porque se han levantado tras caer ante Japón. Porque lo que sucedió ante las niponas no ha mellado el ánimo en el equipo. Porque, quizá, ese toque de atención ha servido para espolear a la Selección. Para hacer que, ahora sí, sean claras candidatas al título o al menos a luchar por él.

Porque Suiza no fue rival. Porque España, en el minuto 5, ya se puso por delante. Vilda cambió, y no fue ni es ninguna metáfora, a medio equipo con respecto a las que salieron contra Japón. Cinco cambios en total que dieron sin duda alguna su fruto. Prácticamente al comienzo, gol de Aitana Bonmatí.

Al descanso, 1-4

Sí, llegó el empate. Fue en el 11'. En propia puerta. Porque todos los tantos los marcaron jugadoras españolas. Porque, para evitar problemas, en el 17 anotó Alba Redondo para comenzar el festival. Antes del descanso, 1-4 en el marcador.

Bonmatí, con un doblete, puso tierra de por medio para que Laia Codina, autora del gol de Suiza, allanara por completo el camino de España hacia cuartos de final.

El segundo acto sirvió para que Jenni Hermoso cerrara la goleada, y para que España presentara de manera contundente su candidatura para ganar el Mundial de fútbol femenino.

Lo hizo ante más de 43.000 personas. Lo hizo para mandar un aviso a sus rivales. Para que quedase claro que son candidatas. Para que quedase claro que lo de Japón no ha dañado ni la moral ni el ánimo del equipo.

Ahora, Países Bajos o Sudáfrica

Eso ya es pasado, como lo es también la goleada ante Suiza. Ahora, a por el presente y el futuro. En él, aparecen los cuartos. Aparece una eliminatoria en la que España jugará bien ante Sudáfrica o bien ante Países Bajos.